Lázaro y María

Instrucciones para estudiar la lección:
   1. Lea los capítulos 11 y 12 de Juan.
   2. Lea esta lección con cuidado.
   3. Conteste las preguntas del Examen 7.

   El Hijo de Dios es el Buen Pastor.   Dió Su vida por las ovejas, las cuales
oyen Su voz y le siguen.   El les da vida eterna a todos aquellos que creen
en El.
EL HIJO DE DIOS RESUCITA A UN HOMBRE, capítulo 11.
   En la ciudad de Betania habían dos hermanas, María y Marta.   Lázaro,
hermano de ellas, se enfermó y murió (v. 4).   Marta y María sabían que,
si Jesús hubiera estado allí, su hermano no hubiera muerto (vs. 21, 32).
Jesús le dijo a Marta: "El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá".
   Jesús al pensar que Su amigo había muerto, lloró.   Ordenó que quitaran
la piedra del lugar donde estaba el muerto.   Entonces el Hijo de Dios
exclamó: "Lázaro, ven fuera".   Así el hombre recibió la vida y salió
delante de todos.   Aun así los fariseos no creían en Cristo.
   Todos los hombres son pecadores.   Están muertos en delitos y no tienen
la vida de Dios.   Solamente el Hijo puede darnos esta vida.   Algún día
todos los hombres vendrán del lugar de los muertos para estar delante
de Dios.   Entonces será demasiado tarde para la salvación.   Ahora es el
tiempo para ser salvo.
ALGUNOS HOMBRES DAN GLORIA AL SEÑOR JESUS, capítulo 12.
   Naturalmente María y Marta amaban al Señor Jesús, porque El había
resucitado a su hermano.   Hicieron una cena en Su honor y María ungió
sus pies con ungüento.   Pero Judas, que era ladrón, criticó este acto de
María (v. 5).
   Después fué a Jerusalem.   Muchos judíos tomaron ramas de palmas y le
dieron gloria a Cristo como Rey (v. 13).   Algunos griegos también
vinieron al Señor.   Jesús se alegraba de ver a estos hombres, pero reveló
que tendría que morir por el pueblo.   Dios habló del cielo para testificar
que Jesús era Su Hijo (v. 28).
   Otros creían en El, pero estaban llenos de temor por causa de los
fariseos.   Amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios
(v. 43).   Dios envió a Su Hijo al mundo y Jesús dijo: "El que cree en mí,
no cree en mí, sino en el que me envió" (v. 44).   ¿No creerá usted en El
ahora mismo?

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