El Agua de Vida y la Luz de Vida

Instrucciones para estudiar la lección:
   1. Lea los capítulos 7 y 8 de Juan.
   2. Lea esta lección y conteste las preguntas del Examen 5.

   Cristo les mostró a los judíos, por Sus grandes señales, que era el Hijo
de Dios.   Sin embargo, cuando no entendían algunas de Sus palabras no
se mostraban dispuestos a creer en El.
CRISTO DA EL AGUA DE VIDA, capítulo 7.
   Ni aun Sus hermanos creian en El al principio (v. 5).   Cristo no fué a la
fiesta con ellos.   Cuando llegó, entró al templo enseñando al pueblo
(v. 14).   Dijo: "El que quiera hacer la vuluntad de Dios conocerá si la
doctrina es de Dios o si hablo por mi propia cuenta" (v. 17).   Esto es ver-
dad en el día de hoy.   ¿Quiere usted realmente conocer y hacer la volun-
tad de Dios?
   En el último día de la fiesta, Jesús dijo que daría el agua de vida a todo
el que viniera a El.   También dijo que si alguno cree en El, rios de agua
viva correrán por él a otros.   Nadie puede ser realmente feliz sin Cristo.
Si usted cree en El, podrá hablar a otros de la vida eterna también.
   Algunos creyeron que Jesús era un profeta o el Cristo, pero los fariseos
enviaron los ministriles para prenderle.   Pero cuando oyeron Sus
palabras, dijeron: "¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hom-
bre!" ¿Le agrada oir Sus palabras?   Crea en el Hijo de Dios ahora.
CRISTO DA LUZ AL MUNDO, capítulo 8.
   Los fariseos vinieron a Jesús trayendo a una mujer adúltera.   Por motivo
de su pecado, querían ellos que fuera muerta a pedradas.   Jesús les
respondió que el que de ellos fuera sin pecado que arrojase contra la mu-
jer la primera piedra.   Jesús era el único allí presente que no tenía
pecado, pero El no condenó a la mujer.   El no vino a condenar sino a
salvar y dijo a la mujer: "Vete y no peques más".
   Después dijo: "Yo soy la luz del mundo".   La luz verdadera nos hará
ver nuestros pecados y nos mostrará el camino al cielo.   No podemos ir al
cielo a menos que sean quitados nuestros pecados.   Cristo nos señala
nuestro pecado, pero también nos indica cómo podemos saber que nos
es quitado.
   El que hace pecado es siervo del pecado (v. 34).   No podemos dejar de
pecar a nuestra voluntad.   Se necesita poder para no pecar.   Cristo dijo:
"La verdad os hará libres" (v. 32) y "si el Hijo os libertare, seréis ver-
daderamente libres" (v. 36).   La Biblia nos da la verdad de Dios y nos
habla acerca del Hijo de Dios.   Usted es un pecador.   Crea la verdad y
reciba al Hijo.   Entonces sí será libre.

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