Un Hombre Bueno y una Mujer Pecadora

Instrucciones para estudiar la lección:
   1. Lea los capítulos 3 y 4 de Juan.
   2. Lea esta lección y luego conteste las preguntas del Examen 3.

   El Hijo de Dios vino al mundo para ayudar a los hombres.   Hizo
grandes señales para que todos conozcan que El vino de Dios.   Tambíen
les habló a los hombres acerca del amor de Dios y como pueden ser
salvos.
UN PRINCIPE DE LOS JUDIOS, capítulo 3.
   Nicodemo era un hombre muy bueno.   Era maestro de Israel y príncipe
de los judíos.   Oraba con frecuencia y daba limosnas a los pobres.   Creía
que estas cosas serían del agrado de Dios.   Pero Jesús, el Verbo de Dios,
dijo: "El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios".   Hemos
visto en las lecciones anteriores que un hombres es hecho hijo de Dios si
cree en Cristo y le recibe como Salvador.   Esto se llama el nuevo naci-
miento, porque ocurre mucho tiempo después de nuestro nacimiento en
este mundo.
   Nicodemo no podía comprender bien esto, pero Jesús le habló del amor
de Dios y Nicodemo lo aceptó.   El versículo 16 nos relata que el amor de
Dios es tan grande que El dió a Su Hijo unigénito por nuestros pecados.
Cualquiera que cree en el Hijo de Dios tiene vida eterna.   No importa
cuan bueno haya sido, usted necesita el nuevo nacimiento.   Dios le ama y
dió a Su Hijo de manera que usted pueda tener vida en El.   ¿Por qué no
creer esta verdad y recibirle a El como su propio Salvador?
   Juan Bautista no quería que los hombres le siguieran a él.   Siempre dió
la gloria a Cristo.   El versículo 36 nos dice que Dios se manifiesta contra
los que no reciben a Su Hijo.
UNA MUJER PECADORA ACEPTA A CRISTO, capítulo 4.
   Después de esto, Cristo fué a Samaria.   Estaba cansado y le pidió a una
mujer que le diera agua para beber.   Al principio ella no se mostraba muy
cordial, pero El le dijo que le podía dar agua viva.   Ella quería el agua de
vida, pero primero tendría que aprender que era una pecadora (v. 18).
Nadie puede venir a Dios para recibir ayuda a menos que venga como
un pecador.   Cuando Jesús le dijo que El era el Cristo, ella quedó
sumamente contenta.   Fué y contó a otros acerca de El (v. 28).   Cristo tam-
bién estaba contento, porque podía dar vida a esta mujer pecadora
(v. 35).
   Un hombre llegó a Jesús para pedirle que sanara a su hijo (v. 47).   Jesús
se mostró dispuesto a ayudarlo.   El hijo de Dios amó a todos los hombres
y dió Su vida para que todos sean salvos.
   ¿Quiere usted el nuevo nacimiento?   ¿Desea usted el agua de vida?

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