Cristo da su Vida por los Hombres

   1. Lea desde el versículo 16 del capítulo 15 hasta el fin del 16.
   2. Lea esta lección y haga el exámen número doce.

   Es triste ver cómo Pilato, los líderes judíos y todo el pueblo quisieron
la muerte de Cristo.   En los versículos 15-19 los soldados se burlan de él.
Le pusieron una corona de espinas, le golpearon con una caña y luego lo
sacaron para crucificarle.   Un hombre africano, llamado Simón, ayudó a
cargar la cruz de Cristo pues pesaba mucho.

   Crucificaron a Jesús y a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su
izquierda.   Luego los soldados repartieron entre ellos la ropa de Jesús.
Los que pasaban le insultaban y le decían que bajara de la cruz si podía.
Los sacerdotes decían: "Salvó a otros, pero no se puede salvar a sí
mismo."

   A la hora sexta (medio día) se oscureció y tres horas después Jesús di-
jo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?"   Luego dió un
fuerte grito y entregó su espíritu a su Padre.   El capitán que lo vió morir
se dió cuenta que era el Hijo de Dios (v. 39).   Después de su muerte, José,
un hombre de alta posición social, pidió el cuerpo de Jesús, lo envolvió
en una sábana fina y lo puso en un sepulcro.

   Los discípulos se entristecieron por la muerte de su Maestro.   Unas
mujeres fueron al sepulcro y vieron a un ángel allí.   El ángel les dijo:
"Ustedes buscan a Jesús de Nazaret que fué crucificado.   Ya resucito; no
está aquí.   Miren el lugar donde le pusieron."   Al principio se asustaron
pero luego creyeron que Dios le había resucitado.   La muerte no podía
detener al Hijo de Dios.

   Más tarde en el día, María lo vió (16:9), después dos de sus discípulos
lo vieron y luego los once.   El Señor les encargó que dieran la buena
noticia de su resurrección a todo el mundo (v. 15).   Después de hablarles,
el Señor fué levantado al cielo y se sentó a la derecha de Dios.

   Hemos visto cómo el Hijo de Dios descendió del cielo para cumplir
todos los propósitos de Dios.   Murió en la cruz por nuestros pecados.
Dios lo resucitó y regresó al cielo.   Los hombres lo insultaron y lo
mataron pero Dios le dió vida y honra eterna.

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