El Señor Jesús ante Jueces Humanos
1. Lea Marcos capítulo catorce y el quince hasta el versículo 15.
2. Lea esta lección y haga el exámen número once.Jesús, el Siervo perfecto, siempre agradó a Dios. Dios ama a los hom-
bres y su Hijo siempre ayudaba al necesitado, pero los líderes Judíos le
odiaban y buscaban la manera de matarle (vs. 1, 2).Pero unos le amaban. Una mujer derramó sobre él un perfume muy
costoso (vs. 3-9). Sin embargo Judas, uno de los discípulos, quería
dinero y prometió entregar a su maestro en manos de sus enemigos (vs.
10, 11). Usted, ¿qué siente hacia Cristo?El Señor sabía que al día siguiente iba a morir (v. 27). Llevó a tres de
sus discípulos a un jardín a orar (vs. 32). Allí llegó Judas con un grupo de
hombres armados para llevar preso al Señor. Cristo podría haber
escapado pero fué con ellos sin ofrecer resistencia.Primero lo llevaron ante el sumo sacerdote (v. 53). Cuando Cristo dijo
que era Hijo de Dios el sacerdote dijo que tenía que morir. Escupieron
sobre él y le golpearon (v. 65).Pedro estaba cerca pero tenía mucho miedo. Cuando le dijeron que él
era discípulo de Cristo lo negó violentamente. Más tarde se arrepintió y
lloró mucho.Los sacerdotes llevaron a Jesús ante Pilato. Cristo afirmó que era el rey
de los judíos (15:2). Pilato se dió cuenta de que no había hecho ningún
mal y quería dejarlo libre. Había en la cárcel un hombre llamado
Barrabás que había matado a algunas personas y como era costumbre
soltar a un preso en esos días de fiesta, Pilato preguntó: '¿Quieren que
les suelte al Rey de los Judíos?' Los sacerdotes habían aconsejado a la
gente que pidiera a Barrabás y que Cristo fuera crucificado. Pilato quiso
agradar al pueblo y permitió que Cristo muriera.Pilato sabía que hacía mal al condenar a Cristo, el que siempre había
agradado a Dios y siempre había hecho bien a los hombres. Usted tiene
que resolver el mismo problema que tuvo Pilato. ¿Qué hará usted con
Jesús? Usted sabe que es el Siervo de Dios, sabe que murió en la cruz
para poder perdonarnos. Si usted cree en el Hijo de Dios tendrá vida
eterna. Si lo rechaza, morirá en sus pecados. Recíbale hoy y Dios lo per-
donará y lo recibirá como hijo suyo.13